Ya ha llegado el mes de septiembre, y con él muchos vuelven al trabajo. Se acabaron esos días de descanso total, de viajes y tiempos con la familia y amigos. Toca volver a casa, a la rutina diaria y las obligaciones. Eso sí, como en casa en ningún sitio, y es que aunque hayamos visitado lugares maravillosos, hoteles excepcionales y destinos increíbles, volver a nuestro hogar es siempre reconfortante.

Cuando llevamos algunos días fuera de casa ya sea por negocios o placer, en cierta manera añoramos un poquito nuestro hogar. Y es que hay comodidades que no podemos meter en la maleta para llevárnoslas de viaje: nuestra cama -quizás sí la almohada- nuestro sofá preferido, nuestro cuarto de baño –como el propio ninguno- ese armario al completo con toda nuestra ropa, esa cocina con nuestros cuchillos, tenedores y sartenes.

Por eso, una vez hemos vuelto a nuestro hogar tras unas merecidas vacaciones, no solo hay que volver a disfrutarla, sino observarla y ver como está, que le falta para mejorarla, que podríamos cambiar para dejarla perfecta. Ya hemos visto lo que nos gusta de otros lugares, apliquémoslo a nuestra vivienda. Una reforma integral, una reforma de la cocina, del cuarto de baño, o simplemente cambiar esa vieja bañera por algo más funcional como el plato de ducha. ¿Os animáis a cambiar?

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